domingo, 21 de junio de 2009

¿FALTA RELATO?

Es el argumento de Ignacio Urquizu en el País del sábado 20 de junio donde explica que a la socialdemocracia europea le falta discurso, “relato” y estoy de acuerdo.

Las grandes tendencias sociológicas y políticas no se hacen de la noche a la mañana. Obama es presidente USA porque la sociedad americana estaba harta de haberse equivocado dos veces bajo la tutela de Bush y del todopoderoso Alan Greenspan ; porque económicamente estaba merodeando una depresión y el miedo se apoderó de las clases medias y bajas americanas y porque surgió un movimiento ciudadano alrededor de Obama que supo catalizar con su discurso y su carisma lo que la sociedad americana estaba deseando.

Algunas veces cuando a un autor literario o a un director de cine le preguntan si lo que pretendían conseguir con tal imagen o capítulo era una determinado efecto, los protagonistas afirman que no, que simplemente lo hacían porque lo consideraban necesario. Ellos habían construido una historia convencidos de su bondad; los demás la interpretamos. La socialdemocracia europea lleva muchos años con falta de historia, con falta de relato propio, o lo mezcla con historias de otros autores en las antípodas políticas; la consecuencia es que los ciudadanos no distinguen, no “interpretan” las diferencias entre unos movimientos y otros. La paradoja llega a tal extremo que ni siquiera contamos lo bueno de los años de Zapatero, aunque sea a posteriori como hizo Felipe González, y le salió bien porque primero hizo un buen trabajo político y después le dio relato.
(Tampoco lo tuvo fácil con la inflación, la reconversión industrial, el terrorismo, el golpismo acechando...) y sin embargo convenció con sus hechos y después los dio cuerpo

¿Qué nos pasa en Europa y en Madrid a los partidos políticos de izquierda, socialdemócratas y socialistas? No me puedo creer que los resultados de las europeas vayan a marcar la tendencia de los próximos años. ¿Es que en todos los países con gobiernos socialdemócratas no hay un discurso claro, coherente y social para animar a los ciudadanos a votar 1º e izquierda después? ¿Es que la tan manida ausencia de comunicación, como presunta culpable de la desafección está presente en todos los países a la vez? ¿Es que en ningún país hay líderes carismáticos con ideas progresistas? ¿O es que las sociedades han evolucionado tanto que no se identifican con nuestro discurso?

Cierto es que se cuela más fácil el discurso de la derecha, especialmente en tiempos de crisis, emigración, paro, pero da la sensación de que la izquierda no sabe explicar ni lo que hace bien. Hoy en día , muchos ciudadanos devoran una enorme información; deberemos crear un “relato” propio, original, ágil y flexible, inmediato, anticipante, ilusionante y con cuerpo propio para cambiar la tendencia, especialmente en Madrid, que a pesar del Gürtel y de toda la corrupción que afecta al PP sigue ganando las elecciones.

Si no creamos un relato socialista sólido y se lo hacemos entender a los ciudadanos, otros lo harán por nosotros, léase UPyD y mientras, seguiremos con el “totum revolutum” neocon que nos ha conducido a esta situación , intercalado con picos escandalosos como Berlusconi o la extrema derecha europea .

Tenemos que combinar las bondades del sistema capitalista y las regulaciones necesarias con la distribución más equitativa de la riqueza y al mismo tiempo ofrecer confianza a muchas clases medias que nos han votado y que desearían volver a hacerlo.

Los ciudadanos esperan respuestas más coherentes que ocurrentes, hoja de ruta clara y sin ambigüedades; por ejemplo con Garoña y las que vendrán después; claridad en la línea económica, en las reformas, no esperar más tiempo; si los sindicatos y los empresarios no se ponen de acuerdo, Sr. Presidente, trace su línea y después explíqueselo a los agentes sociales y a los ciudadanos. Estos están acostumbrados a las dificultades y sin duda comprenderán las medidas que haya que tomar vista la actual coyuntura, aunque sea “con sudor y lágrimas”.

Esto podría ser el principio del relato… Se admiten ideas.