miércoles, 14 de diciembre de 2011

LAS ZORRAS QUE CUIDAN LAS GALLINAS

La historia nos demuestra que cuando un país era más fuerte que otro, lo conquistaba por la fuerza para aprovecharse de sus riquezas. El más débil, para compensar el desequilibrio, buscaba aliados a los que compensaba o directamente aceptaba lo que el vencedor le exigía tratando de reducir al máximo su dependencia. Mario Monti. REUTERS

Más recientemente, América latina, fue un magnífico fresco, donde se reflejaba la potencia del “amigo del norte” para imponer su política capitalista por medio de golpes de estado: Chile, Argentina, Bolivia y un largo etc. servía para apoderarse de las riquezas que los países latino-americanos poseían. Era la época de los dictadores, meros hombres de paja, con la tripa llena por la corrupción y propietarios de los dólares del pueblo a buen recaudo en los bancos de los paraísos fiscales.

Unas décadas después se hace lo mismo pero de una manera más sutil, sin derramamiento de sangre, prestando a los países lo que sabían que no podían pagar y exigiendo condiciones leoninas para su devolución. De esta manera, atemorizan a los Estados, y a la población, que con la espada de Damocles encima, se sienten impotentes para reaccionar. Quienes tienen trabajo tragando con todo; quienes no lo tienen mendigando por lo que Rossel llama los “pequeños contratos”; los funcionarios cada vez más reducidos y con las pagas encogidas y todo ello con el cinturón apretado de la austeridad, en educación, sanidad y servicios sociales.Así se explica lo que está sucediendo en Europa.

No contentos con ello, todavía van más lejos; se pasan por el arco de triunfo el mandato de los pueblos en las elecciones y colocan en los puestos claves a las “zorras para guardar las gallinas”.

¿Qué son los Monti, Papademos, Draghi y compañía si no responsables principales de esta catástrofe a los que ahora premiamos con puesto trascendentales? Investiguen si han tenido que ver con Goldman Sachs, o con la Trilateral, con los movimientos especulativos contra las deudas soberanas o con falsas valoraciones que les reportaban ganancias dobles.

Nos espera una larga travesía del desierto, los europeos sin reaccionar y muchos españoles ahora se han dado ceunta que la culpa no la ha tenido el gobierno que ahora cesa. Espero la misma energía para exigir al nuevo gobierno lo que se exigía al anterior.