martes, 6 de enero de 2009

NAVIDAD

¿Qué tendrá la navidad para que muchos la esperen con ansiedad y hasta los más excépticos la reciban con resignación agridulce?.

Si hacemos un breve recorrido histórico veremos que no ha tenido su origen en el nacimiento de Cristo, sino más bien en la celebración del solticio de invierno, 21 de diciembre, la noche más larga del año y cuando el sol entra en Capricornio en el zodíaco y anuncia el renacimiento del día, es decir la resurrección del sol, tres días después del solsticio; es el momento en que los días comienzan a alargarse.
Antes que el cristianismo se apropiara de la fecha del 25 de diciembre, otros pueblos ancestrales como los celtas , los hindúes, Egipto o la propia Babilonia, ya celebrababan este tipo de fiestas, con distintos objetivos: para unos adoración a las diosas de la tierra, para otros el sol como culto. Las saturnales de los romanos eran muy celebradas, produciéndose un vuelco momentáneo en cuanto a las clases sociales, pues los esclavos pasaban a ser amos y viceversa, los regalos estaban a la orden del día y todo era alegría y desenfreno, porque nacía nuevo un día. Constantino, el emperador romano, después del edicto de Milán, convirtió las fiestas paganas en cristianas en el imperio romano de occidente.
Lo que me molesta de estas fechas es que de alguna manera tenemos que ser felices, "malgré nous". Pase, lo de los buenos deseos, pase, lo de los regalos, pero lo de programarme la felicidad, ese es otro tema. Pues para unos su felicidad consiste en dormir hasta que le apetezca, para otros la lectura de unos buenos libros al calor del fuego de encina, para otros pueden ser largas marchas por el campo. Lo que tampoco puede ser es la familia a la fuerza. Y recuerdo el chiste de un compañero, cuando me preguntó: Las navidades ¿bien o en familia?.
Pero no, hay que comer pavo o lombarda, turrones y langostinos, cava sí o sí, cantar pesados villancicos y por supuesto comer las 12 uvas (si supieran el origen) desde la puerta del Sol o desde casa,a través de los clónicos programas de televisión con los presentadores con sonrisa profiden; no puede faltar la bendición "urbi et orbi".
Todo ello para luego saltarnos la tradicción cristiana con papá Noël o con Santa Claus y en lugar de esperarnos a la noche de reyes, los regalos se abren el amanecer del día 25. Decididamente las navidades ya no son lo que eran; han ayudado mucho los comercios. Menos mal que nos queda el concierto del día de año nuevo y el salto del trampolín.
No quisera terminar este artículo sin antes decir que mis navidades no han sido todo lo felices que hubiera deseado, fundamentalmente porque un pueblo de oriente utiliza el uso desenfrenado de la fuerza militar para resolver un conflicto que ya dura 60 años. ¿Hasta cuando Europa se va a quedar de brazos cruzados?. Venturoso y tranquilo 2009, 1º de Obama y 5º de ZP.

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