domingo, 25 de enero de 2009

Se ha criticado mucho a los EEUU de América, los últimos años con razón, pero algo tiene que tener ese país cuando es capaz de asimilar la enorme cantidad de emigrantes de todos los continentes y elige a un presidente de origen afroamericano.
No están tan lejos los tiempos de las panteras negras, de Luther King, de cuando los negros no podían utilizar determinados servicios públicos. Todo eso empieza a ser historia.

Y la historia del gran imperio americano, si bien empieza a perder fuerza en algunos aspectos, en el de humanidad gana muchos enteros con el nuevo presidente.
Tampoco pensemos que Obama va ser la panacea y resolver el enorme embrollo en que nos han dejado las políticas neoliberales de Bush y su permisividad con los grandes emporios financieros, pero sí tengo confianza en él, y los americanos también.

Ya ha empezado a dar muestras de su pensamiento: Guantánamo,no a la tortura, retirada progresiva de Irak, reforzamiento en Afganistan, petición al Senado de muchos millones de dólares para relanzar la economía americana, y por ende la mundial, desmantelamiento de muchas de las leyes de su antecesor.
También espero de Obama una mayor firmeza con las atrocidades de Israel; dejar las cosas claras con Putin -Rusia no puede dejar sin gas a los europeos- a China le tendrá que hacer comprender que no puede devaluar sistemáticamente la moneda para invadir el mundo de productos casi regalados por su casi gratuita mano de obra.

Tiene que decir y hacer más en la no contaminación del planeta y el desarrollo sostenible, así como implicarse firmemente en esa otra lacra que es el hambre y las enfermedades de muchos de nuestros semejantes. Cuando hablamos de insuflar 800.000 millones de dólares, ¿no nos olvidamos de alguien?. Si se ven pasos firmes por este lado, la opinión pública mundial se lo compensará.

En la medida en que los ciudadanos americanos y del mundo visualicen las nuevas realidades, habremos dado el primer paso para salir de esta enorme crisis que todo lo envuelve y arrastra, porque habrá generado confianza, y el "podemos" de su campaña electoral comenzará a hacerse realidad.

Alguien dijo, y no sonó muy bien, que hasta de las crisis se puede aprender algo y estraer aspectos positivos, y creo que es verdad. La época del capitalismo salvaje va a dar un paso atrás; los neocons se retirarán, espero que definitivamente, a los cuarteles de invierno. La época de opacidad absoluta con los movimientos de capitales tiene que empezar a desaparecer; la falta de seguimientol de las inversiones de sufridos pequeños inversores, tiene que dejar paso a un cierto control, que no es intervencionismo. No podemos seguir con la dictadura del capital. Salvar a los bancos está muy bien, pero para reactivar la economía, no para seguir dando dividendos a los accionistas.

Parafraseando a JFK, la mejor manera de ayudar a salir de la crisis es no esperar que los otros nos saquen sino también plantearse ¿Qué puedo hacer yo? y hacerlo.


Tengo que reconocer que no soy muy dado a espectáculos televisivos, pero el día de la proclamación de Obama, tuve dos o tres momentos de satisfacción: cuando aparecían las imágenes con los padres de Obama, cuando Bush miraba al cielo con las palabras del nuevo presidente y sobre todo cuando el mismo Bush embarcaba en el helicóptero... goodbye; Welcome OBAMA.

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