sábado, 13 de diciembre de 2008

TIERRA DE CONQUISTADORES

Ya tenía ganas de pisar tierra extremeña, la única región española que me quedaba por visitar (junto a Baleares y Ceuta) y lo menos que puedo decir es que me ha encantado. Bien es cierto que dos días y medio y con el tiempo del fin de semana pasado, de la Constitución, no se podía profundizar mucho más.
Pero he podido comprobar que a pesar de que los indicadores económicos no sean buenos la calidad de vida es más que aceptable. Los buenos productos - ibéricos o no - hacen las delicias de los visitantes, tanto como los magníficos monumentos de Trujillo y de Cáceres.
En la primera, además de su magnífica plaza, el castillo,y la remodelación del parador, se observa el entrelazado de calles bien empedradas, que en algunos momentos, cuando visitabas alguna iglesia o convento o la casa de los Pizarro, nos retrotraían al esplendor del imperio español. Esplendor para unos, miseria para el pueblo. Esos "unos" eran por supuesto cierta nobleza y la Iglesia. ¿Le viene de entonces a Extremadura, ese retraso endémico de siglos?
Lo de Cáceres es un punto y aparte. No me podía imaginar que hubiera tal riqueza concentrada en esas calles empinadas que nos ofrecen la reserva y el buen hacer de los distintos pueblos de la península ibérica. Una gozada de ciudad, que recomiendo a quiene aún no la conozca.
Pero Extremadura es una región fiera de sí misma, trabajadora y sacrificada, y sin duda seguirá avanzando.

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