lunes, 28 de noviembre de 2011

LA HORA DE LA VERDAD

Ahora que se ha consumado lo que todas las encuestas adelantaban sobre las elecciones del 20N, ha llegado la hora de la verdad para Rajoy y su equipo. Ya no vale aquello de: por el hecho de ganar daré confianza, y con una política como Dios manda y como la que hicimos en 1996, Europa se rendirá a la evidencia.

Ha pasado más de una semana y todavía no le he oído decir qué piensa hacer, es cierto que estamos acostumbrados, pero miedo me da cuando empiece hablar el BOE.

Estoy esperando con impaciencia para ver si el predicar da trigo.

También ha llegado el momento de que los socialistas analicemos las causas de la derrota tan estrepitosa, incluso mayor que la del 22 M.

Siendo verdad que los mercados son implacables, plagados de especuladores, que quieren imponer la política a los gobernantes salidos de las urnas, incluso cambiarles por tecnócratas –Grecia, Italia – no es menos cierto que las medidas que tomó nuestro gobierno no fueron oportunamente explicadas, injustamente aplicadas y no se tomaron otras para que la crisis se repartiera más equitativamente. Todas con un denominador común, que iban en contra del programa y de los principios socialistas.

No quiero hacer leña del árbol caído, pues además de respeto le tengo mucha estima a Zapatero, pues considero que el balance global de su gestión, sigue siendo positivo, pero es cierto que con la gestión de la mayor crisis conocida por varias generaciones no acertamos con el diagnóstico a tiempo, pero también hay que reconocerle que las medidas tomadas han ido en detrimento del partido pero en beneficio del país.

Además había un dato implacable que eran los cerca de 5 millones de parados y por mucho que se hiciera reflexionar en la campaña, los ciudadanos no querían escuchar, de ahí esa pérdida tan importante de votos, que no ha ido a parar tampoco al PP, que solo aumentó 500.000, y con medio millón menos que el PSOE en las pasadas elecciones, ha sido capaz de alcanzar 186 escaños en lugar de los 169 que obtuvo el PSOE con más de 11 millones de votos. El agarrarse a una esperanza por parte de buena parte de los ciudadanos–aún sabiendo de antemano que no es mucho el margen- produjeron la sangría socialista y la confianza en el PP.

Ahora toca, reflexión, libertad, participación y compromiso de todos/as, pues si caerse es grave lo peor sería no hacer nada para levantarse, y este partido, ha demostrado a lo largo de su historia que sabe reconocer sus errores y levantarse con más fuerza.

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