Cuando todo parecía encaminarse a la senda de la tranquilidad financiera; cuando Grecia parecía haber aceptado un Plan, que incluye una quita del 50% de su deuda, cuando las bolsas se daban ciertas alegrías que no conocían desde primeros de agosto, aparece otra medida distorsionadora de dicha tranquilidad: el anuncio de un referendun para aprobarle o no dicho plan.

No aplaudo la medida tomada por Yorgos Papandreu, pues en todo caso lo debería de haber anunciado antes del acuerdo al que llegó con los jefes de Estado y de gobierno, pero entiendo que tiene que ser muy difícil contemplar un país, con huelgas y más huelgas, con paro, con manifestaciones diarias,con más ajustes hasta casi el estrangulamiento. Pero también puede ser una pausa al clima de intranquilidad y de pesimismo que viven los griegos, un ganar tiempo que puede ser bueno para hacerles ver la realidad tal como es.

Sea cual sea la decisión que tomen , hasta que llegue, seguiremos rodeados de incertidumbre que no favorecerá la recuperación, griega, ni europea y expandirá la inestabilidad a todos los mercados.

Espero que les expliquen bien a los griegos, no solo la realidad, sino también las consecuencias de optar por una u otra solución; no están los tiempos para bromas.

He revisado por encima el programa del PP y aparte de generalidades y buenas intenciones, faltaría más, no encuentro medidas concretas y medibles. La ambigüedad personificada: bajará impuestos si la situación lo permite; dice lo mismo que en América a propósito de la Educación y la Sanidad públicas, las mantendremos si hay recursos. Las pymes recibirán 3000 euros por contratar al primer trabajador, no subirán los impuestos a los ricos etc. Ah y gobernará como Dios manda.

De lo que no se han dado cuenta es de que el PP ha hecho un muy mal diagnóstico de la situación actual, pues la de 2011 no se parece en nada a la del 2006 y si aplica, si gana las elecciones, el mismo plan que entonces, está condenado al fracaso y entonces el testarazo será mayúsculo y los españoles tardaremos una generación en recuperarnos.

Educación no es gasto, es inversión.